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La democracia para algunos

A todo el mundo se le llena la boca con la palabra "democracia". Sea del signo político que sea, incluso los terroristas abertxales (o como coño se escriba) que han asaltado hoy el ayuntamiento de la capital guipuzcoana, se arriman para sí la manta bordada con "demócrata" en cursiva. Hitler y su nacionalsocialismo eran paradigmas de ella al principio. Lo que se les suele olvidar a muchos es que por encima del sistema de elección del tirano o grupos de tiranos de turno está la Ley, que es la que tiene que velar por una efectiva separación de poderes y por una supuesta defensa mínima de los derechos individuales. Hoy lo explica extraordinariamente bien Gorka Echevarría en el Instituto Juan de Mariana. Escribe Gorka:

La relación entre la libertad y la democracia, es sumamente compleja. Es evidente que cada vez que el pueblo vota decide quien gobierna, lo cual evita que los políticos se atornillen a sus sillones de por vida. Y esto supone, como indicó Popper, un método para cambiar de Gobierno evitando el derramamiento de sangre. No tener que aguantar a tiranos de cualquier signo, ya se llamen Franco o Castro, Hitler o Stalin, es un argumento incontestable a favor de la democracia. Pero ¿es acaso el único?

Esta pregunta nos obliga a plantear bajo qué presupuestos podemos juzgar la democracia. La premisa del liberal sería la libertad. Con la democracia, todos votan y prima la opinión de la mayoría. Si un porcentaje considerable de la población vota a un político que quiere prohibir trabajar más de 35 horas semanales, por mucho que el resto se oponga a que decidan por él cómo debe utilizar su tiempo y cuánto quiere trabajar, nada podrá hacer contra la voluntad popular. Supuestamente, los derechos individuales tendrían que ser los límites al ejercicio de la soberanía, pero estos derechos han sido constantemente restringidos y tergiversados, como cuando se constitucionaliza que el derecho de propiedad tiene un fin social o se define al Estado con adjetivos como social, o sea, socialista, es decir, contrario a los derechos individuales. (Seguir leyendo)

En uno de los comentarios al artículo se lee: "Otro aspecto sería la diferenciación entre democracia como método de decisión en asuntos propios de la sociedad (mayoría) y la democracia entendida como sistema de separación y limitación de poderes. No se trata de elegir quién te va a tiranizar, sino de cómo conseguir limitar el poder".

Si una mayoría de personas propugnara la pena capital para chorizos de medio pelo, o si una organización terrorista, apoyada por el gobierno de turno, se quiere presentar a unas elecciones sin condenar, por ejemplo, la violencia, no se puede acusar a los que exigen una limitación a la decisión de una supuesta mayoría como antidemocráticos. ¿O es ésto lo que entienden muchos por democracia?


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