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Esperanza

Hay quienes se han postulado en las cúpulas de los partidos por defender durante toda su vida política unas ideas y unos principios básicos, y hay quienes tan sólo se han postulado por ser unos especialistas en el manejo de los vericuetos internos de los partidos que los han ascendido a posiciones, que en condiciones democráticas normales, jamás hubieran soñado.

El Partido Popular es un gran partido. Y es un partido en el que caben todos los que creen en la libertad como centro y motor de la vida política y todos los que creen que España es una gran Nación de ciudadanos libres e iguales. Con esos dos principios bien arraigados, estoy convencida de que podemos convocar a una mayoría de españoles. Porque la opción liberal, que consiste en confiar en los ciudadanos, en sus iniciativas, en sus energías, en su creatividad y en su indiscutible afán de prosperar, es la mejor solución para los problemas de los españoles. Y esa opción liberal sólo la ofrece el Partido Popular.

Libertaddigital ha colgado el discurso íntegro de Esperanza Aguirre en el foro de ABC. Voy a abrir un página para transcribirlo y para que quede como consulta a aquellos que consideren que la defensa de la libertad y de la Nación es una posición retrógrada que hay que abandonar para acercarse al centro de la nada. Hay quién defiende los principios y las ideas porque cree en ellas y los hay que se agarran a ellas por estar o intentar estar en el poder. Una diferencia considerable.

No me resigno a dejar de denunciar el sectarismo del Pacto del Tinell y la actitud profundamente antidemocrática del PSOE cuya política tiene, desde las Elecciones Vascas de 2001, como único objetivo estigmatizar a nuestro Partido y a sus militantes, simpatizantes y votantes. No me resigno a que nos arrinconen y nos hagan aparecer como enemigos de los homosexuales, cuando no tenemos ninguna tacha de homofobia en nuestra historia. No me resigno a que nos etiqueten de anticatalanes cuando somos el único partido que de verdad defiende a los ciudadanos de Cataluña, y no utiliza las legítimas aspiraciones de fomento de la lengua y la cultura catalanas para buscar el poder. No me resigno a que la política internacional de los socialistas haya llevado a España a la tercera división europea. No me resigno a que, con un porcentaje ínfimo de votos, los nacionalistas acaben dictando la política española. No me resigno a que el Partido Popular no dé las batallas ideológicas y sea capaz de ganárselas a los socialistas. No me resigno a que los gobiernos del Partido Popular sean una excepción en la democracia española. No me resigno a que para que gane el Partido Popular los votos de la izquierda tengan que dividirse o que la participación sea muy baja. No me resigno a que tengamos que parecernos al PSOE para aparentar un centrismo o una modernidad, que ya están en las bases de nuestras convicciones y nuestros principios políticos y no en los de ellos, como he señalado.

Soraya, recién nombrada, hablaba de aparentar un centrismo, de abandonar la imagen que ellos consideran que le ha perjudicado en las pasadas elecciones. Y yo no puedo estar más en desacuerdo. Todas estas gilipolleces de arriolas, elorriagas, gallardones y sorayas son las que me hacen ir contra ellos. Es el discurso de Esperanza Aguirre y lo que ella representa, por el contrario, lo que hace que me posicione, desde fuera del partido, a favor de una renovación de abajo a arriba en el PP. Porque a mi me da igual las personas; me importan más las ideas y principios que ellas representan. Me da igual que sean jóvenes, altas o bajas, con experiencia o sin ella; que sean más mujeres que hombres o más hombres que mujeres. Lo importante es que aquellos que están en la cúpula de un partido representen a las bases, que son los que de verdad se han partido la cara durante la pasada legislatura por defender al PP de los continuos ataques de la izquierda.

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