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Murcialiberal

No a este Tratado Europeo

Aunque suelo respetar durante una semana lo que publico en la página www.vegamediapress.com (con una libertad para decir lo que quiero del que deberían tomar buena nota otros), voy a saltarmelo esta vez, pues el tema no tendrá sentido pasado unos días. Así me posiciono y os animo a que vuestro voto a este circo sea para el NO


El próximo domingo nos encontramos ante el reto apasionante de participar en un referéndum que nuestro flamante presidente de gobierno se ha aventurado a regalarnos. Estoy que no quepo de gozo, al igual que el resto de los españoles según las encuestas, al comprobar como nuestro presidente es el primero de la clase en levantar la mano y tomar la iniciativa en consultar a su ciudadanía, sobre la conveniencia de ratificar un tratado que no hay por donde agarrarlo. Un tratado, no una constitución, que plantea de inicio muchas dudas, incluso a los que están pidiendo el voto favorable, pues apuntan a que es un texto imperfecto pero el menos malo, como no se cansa de exponer el presidente del parlamento europeo, nuestro 'admirado' ex ministro Borrell.

Este referéndum que no sirve absolutamente para nada, pues es consultivo pero no vinculante, tiene ya un probable ganador que es la abstención. Salga lo que salga no tendrá ningún valor ante el pasotismo al que nos ha conducido las prisas, las ganas de no debatir en serio, la imposición del sí, pese a que el gobierno debería mantener la neutralidad hasta el último momento y el desconocimiento del texto de la inmensa mayoría de los españoles. Mucha gente de Murcia y de España no va a pronunciarse por el 'no' por no coincidir con partidos separatistas y comunistas, socios del actual gobierno de Zapatero, que están en las antípodas del sentido común. Pero por una vez y sin que sirva de precedente podemos los murcianos votar en la misma dirección de estos partidos, pues las razones de unos y otros son diferentes.

Un tratado que se vende como una constitución y que contiene artículos homenajes a Groucho Marx no puede ser tomado en serio: 'Las lenguas en las que todo ciudadano de la Unión tendrá derecho a dirigirse a las instituciones u órganos en virtud de la letra d) del apartado 2 del artículo I-10 y a recibir una contestación son las que se enumeran en el apartado 1 del artículo IV-448. Las instituciones y órganos contemplados en la letra d) del apartado 2 del artículo I-10 son los que se enumeran en el segundo párrafo del apartado 1 del artículo I-19 y en los artículos I-30, I-31 y I-32, así como el Defensor del Pueblo Europeo'. Hay mas de doscientas razones para el no, como supongo que habrá algunas para el sí, pero nosotros no podemos dar carta blanca a un tratado en el que España pierde poder, que no se puede leer por lo extenso y lo farragoso del texto como hemos podido comprobar y que nos lo han estado ocultando durante tanto tiempo sin darnos explicaciones para su elaboración. Un tratado que ha emanado desde los burócratas europeos primando la burocracia al individuo, no puede ser bueno, ya que menosprecia al Parlamento Europeo al no poder presentar éste proposiciones de ley, ni aprobar normas legislativas por sí mismo, ni puede siquiera nombrar al jefe de la Comisión.

Desde Murcia no se observa ningún entusiasmo en la clase dirigente. Debates, que si los ha habido, han sido casi clandestinos; debates que en todo caso se producirán en la última semana; debates con mucha nocturnidad para no salir demasiado en la foto. Una petición de apoyo, en definitiva, con la boca pequeña.

Ante tanto entusiasmo de nuestros políticos, no deberíamos seguir las teorías de 'insignes intelectuales' como 'Los del Río', que al no tener ni idea de lo que va esto, piden el voto favorable simplemente 'porque lo aconsejan la izquierda y la derecha'. Esa inutilidad e incultura que nos presuponen los que nos gobiernan, (aunque con fenómenos como los mencionados hagan parecer que sí), deberían tragársela el próximo domingo, para que así plantearan una constitución mejor explicada, menos extensa y donde primara la libertad del individuo al poder de los burócratas europeos. Y todo esto como mínimo, pues podíamos seguir escribiendo hasta cansarnos de motivos por los que el 'NO' es la opción que no niega a Europa pero sí a este infumable tratado.

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