Motivos presidenciales

Mañana toma posesión el nuevo gobierno de la cuarta legislatura de Valcárcel. Mucho se ha escrito sobre los nombres que se han quedado en el camino, los que siguen y los que se incorporan a su nuevo proyecto. Al igual que entro en la crítica política a las actuaciones y decisiones que se van tomando (lo de los cien días nunca lo he llegado a entender: ZP destrozó y marcó en esos días toda su legislatura), no lo voy a hacer con los nombramientos y ceses. Cada uno es libre de hacerlo y no voy a ser yo quien me oponga a que alguien lo haga. Faltaría mas.

Yo no lo voy a hacer. Primero por ignorancia ante lo que pueden aportar los que llegan. Se puede presuponer o intentar adivinar según el currículum que cada uno lleva a su espalda. El que tiene que pasar la mano por su chepa para comprobar su valía y que le de suerte no es otro que Valcárcel. El segundo motivo de no hacerlo es que las causas de las sustituciones y las continuidades de algunos solo las conoce él. Él es quien manda, por mucho que le irrite a muchos de su partido y a los que no lo son; él es quien preside y quien debe tener los datos suficientes para creer que los que entran van a aportar algo más de los que se han ido; que los que se quedan no solo lo han hecho bien sino que le sirven para su estrategia de futuro, la suya y la de su partido. Incluso puede que sepa o intuya que el que aterriza no va a poder superar la gestión del que se va, pero puede tener otros motivos, que son suyos, para haber procedido al despido, al cambio, o los movimientos de cartera de los que se quedan. El último responsable es y será Valcárcel, y hasta ahora no podemos decir que se haya equivocado mucho.

Si hay una cosa clara que tiene el presidente de una región o de una comunidad de vecinos es el derecho a rodearse de la gente que considere oportuno en cada momento. Ahora bien, respetando su derecho a ser presidente, hay que reconocerle en el largo plazo, claro, que aquí quien levanta un poco la cabeza termina con la misma rodando por los suelos. Tendrá sus motivos. Motivos presidenciales.