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Winston Churchill: Un luchador incansable

Winston Churchill: Un luchador incansable

La sinopsis del libro hace un especial énfasis en la ardua tarea de escribir una completa biografía de Winston Spencer Churchill. François Kersaudy, el autor del libro, la escribió sobre la base de investigaciones realizadas en los archivos de ocho países, la consulta de unas cuatrocientas obras y las entrevistas a muchos actores y testigos. Y aún así, tras beberse sus 564 páginas, le queda a uno la sensación de faltarle datos.

La vida de Churchill es la típica de un personaje de una novela de aventuras y como tal está escrita, aunque en esta ocasión, como normalmente reseñan las malas películas, está basada en hechos reales. Hijo de un descendiente del duque de Marlborough y de una americana, que se empeñó en probar en sus carnes casi toda la flema de la aristocracia británica, fue un luchador incansable en la defensa de sus ideas.

El autor hace especial énfasis en la primera etapa de su vida, quizá la menos conocida si esto se puede afirmar de este personaje. Como el autor escribe en la introducción, se han hecho muchas biografías de esta figura británica: unas demasiadas extensas y aburridas; otras sesgadas y hechas principalmente para alabar su actuación decisiva para la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial; otras, la mayoría, aludiendo a la suerte que le acompañó durante toda su vida, marginando su capacidad de liderazgo y de esfuerzo para la consecución de los éxitos que alcanzó a lo largo de su trayectoria política; otras, que emulan al gran Suso de Toro, hagiógrafo personal de Zapo, y que tan sólo pretenden elevar a los altares al personaje.

La de François Kersaudy, que recibió gracias a ella el Gran Premio de Historia de la Sociedad de Gente de Letras de Francia, da una visión del joven Churchill como mal estudiante, que nació en el seno de una familia aristocrática venida a menos, mantenida, básicamente, por el estatus ganado por los antepasados de la familia del padre y por las capacidades, ya comentadas de su madre; un Churchill que pronto comenzó a destacar y poco a poco se convirtió en el "único guerrero entre los políticos, único político entre los guerreros, único político guerrero que también era periodista, que se volvió célebre gracias a la campaña de Sudán, diputado gracias a la guerra de los Boers, figura nacional gracias a la Primera Guerra Mundial y héroe nacional gracias a la Segunda". Fue además premio Nobel de Literatura, afamado fumador de puros, gran bebedor y amante de la siesta tras su paso por la guerra de Cuba como corresponsal de guerra. Si hay una biografía que leer, les aseguro que es ésta. Una que me encontré por casualidad en una estantería perdida en el Corte Inglés.


FRANÇOIS KERSAUDY: Winston Churchill: Un luchador incansable. Editorial El Ateneo, 2006, 564 páginas.

2 comentarios

Marinto -

Pero, ¡pijo!, que alegría. Menos mal que todavía me queda alguien entre los amigos-hermanos de siempre que están atentos cada vez que actualizo.

Román -

Hace muy poco que escuché a alguien decir: "Si uno no es liberal a los treinta es que no tiene corazón y si uno lo es a los cuarenta es que no tiene cerebro".
Así que yo te animo a que vivas siempre como si tuvieras treinta años. Vive la vida con la pasión que lo haces. Un amigo y hermano.