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Elecciones en la UMU

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Hoy en La Razón escribe Jose Antonio Martínez-Abarca un artículo, ’’La UMU legación bolivianesca’’, sobre las elecciones a rector en la Universidad de Murcia. Quiero hacer un seguimiento especial, dentro del apartado de ’Educación’, de estas elecciones, por la importancia de las mismas y para reflejar, en la medidad de mis posiblidades, las luchas por parte de la izquierda por la recuperación de un organismo que para ellos es fundamental. La fabricación de borregos, como ya dije en su día, mas preocupados por imitar al ’’Neng’’ y cogerse pavas los fines de semana, que por sacar auténticos profesionales capaces por dirimir entre el bien y el mal, ha sido uno de los pilares históricos de la izquierda. La LOGSE en su día y ahora la LOE es su base jurídica; el control de la Universidad es su segundo instrumento. Escribe Martínez-Abarca:

En el Palacio de San Esteban ya dejan entrar a cualquiera. Aunque sea gente que hace años que ya entró ahí como alto cargo de otros gobiernos. El presidente Valcárcel empezó hace más de diez años su vara de mando recibiendo, en la antigua Casa de Misericordia para piojosos, tiñosos, sarnosos, huerfanitos y hospicianos, a ciudadanos anónimos que quisieran saludarle y quejarse de los ruidos que hacía el vecino de arriba. Tuvo que cerrar esas bienintencionadas vistas porque allí iban demasiados tiparracos a mandarle jamones. Por lo visto la veda de jamones presidenciales se ha abierto de nuevo. Valcárcel ha recibido en Palacio a la aspirante a rectora de la Universidad Pública de Murcia, Elena Quiñones, antigua consejera de asnalfabetización y pollinaje, cuyos efectos estamos comprobando, de la segunda época más tenebrosa del socialismo (la primera época es ésta que padecemos, de momento pacíficamente). La Quiñones, feminista, ha ido a presentarle su programa de rectorado, que titula crípticamente como «U+U». Conociendo su ideología absolutamente mefítica para cualquier noción vagamente respetuosa con la dignidad del educando y su idea del liberalismo, lo de «U+U» es sin duda el acróstico de «Ulemas Ululantes» o el «eje del bien» entre Ulan Bator y nuestra última voluntad. Tengo escrito que el PP lo ha hecho tan bien, de nuevo, en sus intrépidas empresas de moderación del monopolio cultural que ostenta la progresía (o lo que es lo mismo: el futuro monopolio de los votos jóvenes o no tan jóvenes) que a estas elecciones a rector se presentan tres candidaturas, que van de la izquierda neta neta a la extrema izquierda. Ni en la Universidad Popular Farabundo Martí del segundo cocotero entrando a centroamérica, según se mira, hay tan poco surtido ideológico para dominar este poder fáctico fácilmente reconocible. ¿Qué ha decidido Valcárcel o quien rayos tome estas decisiones? ¿Que sus «nuevas generaciones PP», tan tiernas ellas, tan duchadas, tendrán que salir todas de la Católica, porque la otra la da por perdida? ¿Tanto daño colectivista ha hecho el tibio aunque muy capaz Ballesta en la Pública que aquello se ha convertido en una especie de legación bolivianesca? ¿No tenía el PP a nadie a quien presentar ni atado para el cargo de cobrar de cojones y no hacer casi nada? Entre Cobacho, que si no fuera porque me podrían leer diría que, dentro de mi completa disensión, es mi favorito, y la célula maoísta encubierta que se ha presentado también a estas elecciones para la muceta (la ingeniería del terror social tiene mucho predicamento en el espacio hermético de la UMU), ahí tenemos a la Quiñones para asaltar torreones, que diría don Pedro Muñoz Seca. Según la ex cirujana educativa, «la Universidad tiene que estar presente en todos los centros de decisión donde se diseñe el futuro de la Región». ¿Y a santo de qué nos van a diseñar el futuro de la región en la Universidad, doña? Sería fraude de lesa democracia. A lo que tan acostumbrado está el líder nacional de toda esta patulea, claro. No, señora. El futuro de la Región sólo y exclusivamente lo diseñan los votantes, aclaro que libres, a través de sus representantes, cada cuatro años y poniendo o quitando gobiernos. Todo lo demás es dictadura de minorías despóticas. Porque por «Universidad» entiende usted los diez o doce agentes sindicales suyos que se molestan en ir a los maitines del claustro y deciden por los miles que no van. Ustedes tienen el mismo derecho a diseñar el modelo regional como los presidentes de las asociaciones de vecinos de bloques con aluminosis de protección oficial. O sea, cero. «U+U», lo dicho, «Ulemas Ululantes». El progresismo. ¿Y qué tal si la Universidad, en lugar de intentar que los gobiernos de derechas elegidos por los ciudadanos no manden no vaya a ser que nos hagan más ricos, se dedicara a enseñar algo a alguien, no a seguir los dogmas de dominación social del indio del jersey?

1 comentario

Cayo -

Lo primero felicitarte por el blog, y pedirte permiso para incluirte como enlace en el mío.

Soy estudiante en la UMU y he tenido que votar esta mañana a Cobacho, no porque me entusiasme, sino como reacción para que no salga Quiñones como Rector.

Esta señora montó una vergonzosa fiesta el jueves pasado en el ZigZag para emborrachar a los universitario (se ve que había oído eso que habíamos dicho algunos de \"no voto a la Quiñones ni borracho\" y probó a ver).

No sé qué pasará esta tarde, espero que gane Cobacho como mal menor, porque me parece una aberración la concepción de borregos y borrachos que tiene la candidato Elena Quiñones sobre nosotros.

Además, conozco a uno de los delegados de la candidatura y, en fin... me abstengo de comentar. Por cierto, espero que no haya prometido nada a los alumnos que han colaborado con ella o a los locales donde ha celebrado la fiesta. Confío en que la cosa no ha llegado a tanto.