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Zetapaña. Naciones para todos

Zetapaña. Naciones para todos

Zetapaña es la consecuencia, no la causa, de la pérdida de identidad como nación de España a través de la llamada democracia en la que vivimos. Javier Orrico la ha sufrido en primera persona, ya sea desde su magisterio en las aulas o desde la primera línea informativa del añorado Diario 16. Los pequeños desmanes de los políticos, que sumados uno a uno explican los grandes desastres históricos, se quedan olvidados, demasiadas veces, en los grandes volúmenes de las hemerotecas. Una buena manera de recordarlos es a través de la publicación en un libro con los artículos periodísticos escritos durante una etapa determinada. Y ésto es, precisamente, lo que nos presenta en Zetapaña. Naciones para todos. Un compendio de sus artículos donde nos muestra la deriva de una nación hacia su fin como tal. Una destrucción que lleva a la privación de la libertad, porque sin nación no la hay, y que tanto costó conseguir. Sobre todo por aquellos que estuvieron enfrente de la dictadura -no con ella, ya que son ahora mismo los mayores pijoprogres-, en las calles, en las universidades, en sus responsabilidades diarias y que afrontaron la llegada de la democracia como una oportunidad histórica para que España volviera a ser una nación moderna y próspera en occidente. Pérfida ilusión. Ellos, como Orrico, que vivieron la Barcelona de los setenta, que estuvieron en los primeros años sin dictadura, los intelectuales que, como a Unamuno, les duele España, son los que barruntaron la capacidad de destrucción de un iluminado al poner en marcha el mecanismo que durante estos años han estado construyendo los Puyoles, "Escabetxes" y los envilecidos de la izquierda y de la derecha, que han sido cómplices de todo este entramado liberticida. Y todo por mantenerse unos años mas en el gobierno de turno para paladear las mieles del poder, mientras España se iba cuarteando.

España siempre como protagonista de los ataques sufridos por aquellos que no les interesa que exista. España como verdadero actor principal de este libro, que escrito con un lenguaje directo, sin ambages, nos va sumergiendo en un óptica que actualmente pocos alcanzan a ver. Zapatero no es mas que la marioneta, el cristobica de los tejemanejes nacionalistas, de los masones, de los nuevos progres y de los reinstauradores de lo peor de la II República (valga la redundancia). Todo ello con la connivencia de los llamados socialistas honrados de toda la nación, que con su silencio y su renuncia a España, está siendo cómplice del desastre. Tan solo con una excepción. Y son aquellos que han sufrido en sus carnes la barbarie terrorista. Los extrañados y apartados por ZP por considerarlos un estorbo para su carrera hacia la nada. Y a ellos, a las víctimas del terrorismo, sean del color que sean, va dedicado el libro que prologa Horacio Vázquez-Rial. El de Caravaca, que siempre tiene a su tierra en mente, deja una puerta abierta a la esperanza con ellos. Su admiración es infinita y en su rebelión cívica deposita todo su anhelo para que la España que una vez soñó, no se vea truncada definitivamente por el patán de León y sus correligionarios.

Libro necesario para el tedioso verano. Un regalo para aquellos que todavía creen en la libertad y en España. Ironía en estado puro para desentrañar su deriva suicida.

ZETAPAÑA. NACIONES PARA TODOS. Sekotia (Madrid), 2007, 230 páginas.

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