Lo que ZP no dice respecto al PCTV
Publicado en elsemanaldigital.com por Pedro Espinosa García
¿Cómo debería calificarse la actitud del Gobierno respecto a la lista electoral del Partido Comunista de las Tierras Vascas? Como mínimo de contemplativa. El clásico afirma que 'la contemplación es un lujo, mientras que la acción es una necesidad'. De ahí que surja desconfianza, puesto que la necesidad es innegable, acerca de las razones del Fiscal General para no actuar contra el PCTV. Otro tanto podríamos decir del ministro de Justicia y su apego al quietismo con la nueva lista de ETA. No son ellos quienes deben decidir si concurren razones o no para situar al margen de la Ley a los filoetarras del PCTV, corresponde resolver al Tribunal Supremo. Afirmar, como hace el ministro López Aguilar, que se le exige al Gobierno un 'ejercicio de irracionalidad', es irrogarse un fracaso que, de producirse, en ningún caso les desprestigiaría. Luego el Gobierno se mantiene en el lujo de la contemplación probablemente debido a razones más inconfesables.
Zapatero participó ayer en un mitin del PSE. Expuso allí lo que a mi juicio es la clave de todo este asunto: ofreció a Ibarretxe un nuevo estatuto con referéndum. Es decir, ZP pretende que el PNV no revalide su mayoría para que Ibarretxe, necesitado del apoyo de López, se mantenga al pairo de proseguir con su descabellado plan. Si los batasunos cuentan con unos 200.000 votos que finalmente van a parar la lista del PCTV, lo que sin duda restaría fuerza a PNV-EA, es posible que se haya logrado la cuadratura del círculo socialista: 1. Maniatar a Ibarretxe. 2. Ofrecerle una poltrona a López y un carguillo menor a Madrazo. 3. Reeditar en el País Vasco el 'todos contra el PP'.
Ahora bien, ¿qué podría ocurrir si los nuevos batasunos sacasen escaños como para decidir? ¿Qué sucedería, por tanto, si Ibarretxe se radicalizara aún más y se aliara con los etarrófilos? Que entraría en escena el indolente Pumpido, convertido de la noche a la mañana en hiperdinámico, y promovería la ilegalización del PCTV. Y no sólo eso, sino que reactivaría ipso facto el recurso sobre Atutxa.
Sea cierta o no la componenda entre el PSOE y ETA, en el fondo subyace un único propósito: que los socialistas ganen tiempo para que Rodríguez siga en La Moncloa. Decía Hubbard que 'un optimista es un fulano que cree que lo que va a pasar tardará en pasar'. Así parece nuestro sonriente ZP, un optimista atolondrado que en lugar de neutralizar a los separatistas prefiere pactar con ellos. Su verdadero talante, más cargado de intrigas que de acciones beneficiosas para el conjunto de los ciudadanos, personifica el lastre con el que toda nación se sobrecarga cuando muchos de sus habitantes han sido deslumbrados por el espejismo de la manipulación mediática.
Zapatero participó ayer en un mitin del PSE. Expuso allí lo que a mi juicio es la clave de todo este asunto: ofreció a Ibarretxe un nuevo estatuto con referéndum. Es decir, ZP pretende que el PNV no revalide su mayoría para que Ibarretxe, necesitado del apoyo de López, se mantenga al pairo de proseguir con su descabellado plan. Si los batasunos cuentan con unos 200.000 votos que finalmente van a parar la lista del PCTV, lo que sin duda restaría fuerza a PNV-EA, es posible que se haya logrado la cuadratura del círculo socialista: 1. Maniatar a Ibarretxe. 2. Ofrecerle una poltrona a López y un carguillo menor a Madrazo. 3. Reeditar en el País Vasco el 'todos contra el PP'.
Ahora bien, ¿qué podría ocurrir si los nuevos batasunos sacasen escaños como para decidir? ¿Qué sucedería, por tanto, si Ibarretxe se radicalizara aún más y se aliara con los etarrófilos? Que entraría en escena el indolente Pumpido, convertido de la noche a la mañana en hiperdinámico, y promovería la ilegalización del PCTV. Y no sólo eso, sino que reactivaría ipso facto el recurso sobre Atutxa.
Sea cierta o no la componenda entre el PSOE y ETA, en el fondo subyace un único propósito: que los socialistas ganen tiempo para que Rodríguez siga en La Moncloa. Decía Hubbard que 'un optimista es un fulano que cree que lo que va a pasar tardará en pasar'. Así parece nuestro sonriente ZP, un optimista atolondrado que en lugar de neutralizar a los separatistas prefiere pactar con ellos. Su verdadero talante, más cargado de intrigas que de acciones beneficiosas para el conjunto de los ciudadanos, personifica el lastre con el que toda nación se sobrecarga cuando muchos de sus habitantes han sido deslumbrados por el espejismo de la manipulación mediática.
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