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Artículo de Jesús Cacho en elconfidencial.com

"EL ENGAÑO MASIVO" DE ZAPATERO, UNA ACUSACIÓN QUE HARÁ PUPA EN EL PP Y MARCARÁ EL RUMBO DE LA LEGISLATURA



Pues no, José Luis Rodríguez Zapatero no fue ayer el Bambi, el osito de peluche que a veces dan a entender sus maneras afables, para algunos todo imagen, pura pose tras la que se esconde un izquierdismo que aún no ha pasado por el tamiz de la socialdemocracia europea.

Tras la comparecencia de Aznar ante la misma Comisión del 11-M, el presidente del Gobierno sabía que en el envite se jugaba buena parte de su credibilidad: no ante las huestes del PP, que ahí todo lo tiene perdido, sino ante sus propias bases y, más importante aún, ante esos Poderes Fácticos Fácilmente Reconocibles (PFFR) que le siguen mirando con lupa, dispuestos a monitorizar, naturalmente en beneficio propio, sus pasos a lo largo de la legislatura.

Tan importante era el envite que el leonés ha aparecido, quizá por primera vez, despojado de esa piel de cordero que le sirve de seráfica levita, para mostrarse tal cual es, o como dicen quienes bien le conocen que es: un hombre de fingida humildad, con más arrogancia que talante, dispuesto a enseñar el colmillo, incluso a clavar el cuchillo, antes que dejarse arrastrar por la marea de las preguntas que siguen sin respuesta en torno al 11-M.

Mal dotado para el debate parlamentario, lo cual no es ninguna novedad, ZP, en lugar de tratar de buscar la verdad con esas dosis de sinceridad, incluso humildad, que se le suponían, con la altura de miras propia del hombre de Estado que España necesita ahora más que nunca, en lugar de suturar prefirió abrir viejas heridas, echándose de nuevo en brazos de las tesis de la SER, la pura y dura tesis de la cadena que manipuló de forma desvergonzada lo ocurrido entre el 11-M y el 14-M.

El presidente del Gobierno dijo ayer tres cosas esenciales, a saber:

1. Que los atentados del 11-M fueron consecuencia del apoyo del Gobierno Aznar a la guerra de Iraq.
2. Que desde la tarde del 11-M, 'todo lo que [el Gobierno] dijo fue un engaño masivo de los más altos cargos del PP'.
3. Que la reacción de los ciudadanos el 13-M fue la lógica de una ciudadanía indignada por esos 'engaños masivos' del PP.

En realidad, José Luis Rodríguez Zapatero volvió a colocar los trabajos de la Comisión del 11-M en el punto de partida. Todo lo ganado, perdido: La matanza fue culpa de la guerra de Iraq, el PP mintió, y los ciudadanos votaron PSOE asqueados por tanta mentira. De hecho, ZP adelantó ayer las conclusiones de la Comisión. Y todo eso sin una prueba, simplemente desde la argumentación partidista más ideologizada, propia de cualquier diputado del PSOE, pero impropia en el presidente del Gobierno de la nación.

ZP no pudo afirmar categóricamente que hubiera habido 'imprevisión' gubernamental antes del 11-M, por lo que tuvo que limitar su crítica a hablar de 'fallos'. Sorprendente su determinación a la hora de desvincular a la banda terrorista ETA de la autoría de los atentados –de nuevo las tesis de la SER-, basándose para ello en informes policiales carentes de credibilidad, en tanto en cuanto salidos de la mano de Telesforo Rubio, el hombre al que el propio ZP ha arreglado la vida con un ascenso de película.

El resultado de lo ocurrido ayer es que para salir del trance de la Comisión del 11-M, Zapatero ha volado muchos puentes de consenso con el primer partido de la oposición. Estamos seguramente ante un punto de no retorno, un punto de ruptura que anuncia crispación –¿quién crispa, señor Zapatero?- a raudales, y no augura nada bueno para el inmediato futuro político y los graves problemas de identidad nacional a que se enfrenta España. De nuevo las dos Españas frente a frente y al rojo vivo. Malos tiempos para la lírica.

1 comentario

Anónimo -

Lo peor es que desde los medios mas izquierdosos opinan todo lo contrario. Y así estamos. Volviendo seriamente otra vez a las dos Españas